El vidrio templado plano, es un vidrio de seguridad que se obtiene a través de un tratamiento térmico que consiste en calentar el vidrio hasta una temperatura algo inferior a la de su reblandecimiento y a continuación enfriarlo bruscamente mediante chorros de aire frío. El tratamiento de templado confiere al vidrio una mayor resistencia a las tensiones mecánicas (flexión, choque…) y a las tensiones de origen térmico (diferencias de temperatura), sin alterar las propiedades espectrofotométricas del producto base.
El vidrio templado térmicamente es aproximadamente cuatro veces más resistente que el vidrio recocido del mismo espesor y configuración, y debe cumplir todos los requisitos de la norma EN 12150. Si se rompe, lo hace en fragmentos relativamente pequeños, que no causarían heridas graves. Este tipo de vidrio está destinado al acristalamiento en general y de seguridad, por ejemplo, puertas corredizas, entradas de edificios, mamparas de baño y ducha, divisiones interiores.